Lo anticipamos y así fue: El pueblo peronista volvió a copar
la Plaza de
Mayo para recordar y festejar aquel 17 de octubre que cambió para siempre la
historia de nuestro país, y para reconocer y bancar este proceso histórico
actual en el que se han recuperado las banderas del justicialismo y la Patria desde un proyecto
colectivo.
La militancia organizada, y fundamentalmente, muchísimas familias que sintieron la necesidad de ser partícipes con su presencia, fueron arribando a la Plaza con el cierre de la jornada laboral de ayer, tras una autoconvocatoria escueta en difusión y en tiempo.
Sin el demonizado “aparato”; sin ningún llamado oficial; y sin siquiera un escenario con oradores – referentes; funcionarios; y legisladores, también se encontraban entre la multitud-, miles y miles de compañeros se dieron cita porque entendieron que era un momento para estar.
Porque había que demostrar el apoyo al Proyecto Nacional y Popular que lidera la Presidenta de todos los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, y que ya lleva 10 años transformando nuestro país y nuestra América Latina.
Porque había que ser, una vez más, protagonistas de este sueño que se traduce en políticas concretas que han mejorado notablemente todos los indicadores socioeconómicos del país.
Porque había que dar cuenta del cambio que se ha producido en la sociedad con la irrupción del kirchnerismo.
Un cambio que se expresa en la recuperación del Estado y en la construcción de un país para todos, y que se nutre del debate colectivo con la participación popular superadora de la mera instancia electoral.
El kirchnerismo es eso, con sus aciertos y sus debes, y por ello esta en constante ebullición: Porque es vida en estado puro dentro de la sociedad.
La militancia organizada, y fundamentalmente, muchísimas familias que sintieron la necesidad de ser partícipes con su presencia, fueron arribando a la Plaza con el cierre de la jornada laboral de ayer, tras una autoconvocatoria escueta en difusión y en tiempo.
Sin el demonizado “aparato”; sin ningún llamado oficial; y sin siquiera un escenario con oradores – referentes; funcionarios; y legisladores, también se encontraban entre la multitud-, miles y miles de compañeros se dieron cita porque entendieron que era un momento para estar.
Porque había que demostrar el apoyo al Proyecto Nacional y Popular que lidera la Presidenta de todos los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, y que ya lleva 10 años transformando nuestro país y nuestra América Latina.
Porque había que ser, una vez más, protagonistas de este sueño que se traduce en políticas concretas que han mejorado notablemente todos los indicadores socioeconómicos del país.
Porque había que dar cuenta del cambio que se ha producido en la sociedad con la irrupción del kirchnerismo.
Un cambio que se expresa en la recuperación del Estado y en la construcción de un país para todos, y que se nutre del debate colectivo con la participación popular superadora de la mera instancia electoral.
El kirchnerismo es eso, con sus aciertos y sus debes, y por ello esta en constante ebullición: Porque es vida en estado puro dentro de la sociedad.
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