Como ocurriera en nuestro país a fines de 2010, la oposición
republicana en EEUU está extorsionando al gobierno de Barack Obama, y le ha
impedido aprobar el presupuesto y el aumento de techo de deuda.
La consecuencia ya la viven 800.000 estatales federales,
quienes ven peligrar el cobro de sus sueldos tras el denominado “Shut- Down”
oficial, que bien se puede traducir en un “no hay recursos para hacer frente
gastos que no consideramos prioritarios”.
A ello se suman, los cierres de parques nacionales; museos;
y otras dependencias de la administración federal demócrata que no logra
quebrar las filas opositoras en el Poder Legislativo a fin de lograr el número
de representantes que le permita obtener la una ley por la cual los republicanos
exigen cambios en la Ley de Asistencia Sanitaria recientemente lograda por el
gobierno.
Obama ha reiterado hasta el cansancio, que no cederá ante la extorsión, y las negociaciones aparecen estancadas, profundizando una crisis política
que tiene su correlato en las consecuencias económicas y sociales del “Cierre”,
y que podría tenerlo también con una histórica entrada en default de la primera
potencia mundial y principal garante de la timba financiera internacional.
De no aprobarse el aumento en el techo para endeudarse que
requieren los demócratas, EEUU entraría en cesación de pagos al no disponer de capital
para hacer frente a su monumental deuda externa, generando una suerte de anomalía
sistémica, dado que el capitalismo en su fase neoliberal ha consolidado sus standards
financieros de normalidad en el respaldo y a la medida del, ahora, hegemón en
decadencia.
Habrá que esperar a la sucesión de acontecimientos, y la capacidad cierta
de negociación que tengan los alfiles de Obama, a fin de romper el consenso republicano
con el método clásico en la democracia norteamericana: La compra de votos con
acuerdos que pudieren beneficiar a los Estados de los que provienen parlamentarios
opositores dispuestos a ofertar su voluntad.
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