Ayer y hoy, se esta llevando adelante una extraña, por lo
inusual, audiencia de las denominadas partes, con la CSJN, como paso previo al
fallo que esta última deberá dar entorno a los artículos suspendidos de Ley de
Servicios de Comunicación Audiovisual.
Resulta llamativo este paso previo, cuando fue el máximo
tribunal en su fallo anterior, el que pidió celeridad a las instancias menores
en cuanto a la definición sobre los artículos que Clarín pretende se
desconozcan de forma legal.
De igual forma, es curioso que tras tan extenso debate anterior a la aprobación de la norma y cuatro años de demoras con excusas
judiciales, la Corte
considere necesario un amicus curiae, tal es el termino formal, seguido por una
ronda de 50 preguntas, a los abogados de Clarín y a los funcionarios de la Autoridad Federal
de Servicios de Comunicación Audiovisual, como si desconociera completamente
cual es el conflicto.
Más curioso se torna, cuando se observa que el amicus curiae
pasa a ser un amicus parte, dadas las exposiciones de los varios sellos de Clarín
avaladas por los supremos, transformando la audiencia en un show para la
tribuna a la medida del multimedios.
Un show que se entiende completamente con la continuidad
post cuarto intermedio del día de la fecha, porque apunta a legitimar la
reintroducción del tema libertad de expresión; algo sobre la cual la propia
CSJN ya se había expedido definiendo que no se encontraba afectada por ningún
artículo de la ley, ni siquiera los dos frenados.
Las preguntas realizadas en estos momentos por los supremos,
todas absolutamente, guardan de forma implícita o explicita, relación con la
reintroducción de este tema y no parece una casualidad en este devenir de
hechos llamativos.
Más bien, parece la aplicación en pleno de una táctica a fin
de desandar todo el recorrido de profundos debates, previo a la sanción de la
ley.
La reintroducción de las falacias sobre la libertad de
expresión que esconden los intereses particulares enmarcados en la libertad de
empresa, parecen apuntar a la vuelta a foja cero necesaria para dar un fallo
acorde a los intereses del grupo Clarín y contrario al derecho a la diversidad
de voces y la circulación de la palabra.
Espero equivocarme y que efectivamente la audiencia y las respuestas
brindadas por las partes, en las cuales se evidencia una paliza argumentativa
sin precedentes a favor de la plena aplicación de la ley, tengan peso
específico y no sean ese cúmulo de extrañezas que van en la dirección inequívoca
de una restauración conservadora.
1 comentario:
Despues de la audiencia de hoy, queda en claro la "Doctrina Comunicacional Clarin": todo aquel que disponga de suficiente dinero puede ser actor comunicacional. Los que no dispongan de medios económicos deberán ser solo espectadores... O: "la libertad de expresion es para los que tenemos guita; secos abstenerse".
Publicar un comentario