El macrismo ha vuelto a mostrar la enorme capacidad que
tienen sus equipos para destruir el denominado espacio público.
A la última faraónica obra, por lo que cuesta en relación a
su innecesariedad, fundamentalmente si consideramos que hay una línea de
subterráneos que realiza idéntico recorrido, el metrobús en la 9 de julio, que
ya tiene como consecuencia la destrucción de histórico mobiliario urbano así
como la tala indiscriminada de árboles de antaño, se suman otros dos ejemplos que
han tomado estado público con llamativa distinta resolución.
Por un lado tenemos el enrejado del parque Centenario, fiel
expresión de la continuidad de una política que apunta a coartar el uso de los
espacios verdes, que pese a pedidos y protestas de los vecinos sigue su marcha
con el beneplácito judicial.
Por otro, la flamante decisión de la SBASE de suspender definitivamente las obras de la
estación de la línea H del subte que estaba siendo construida en la plaza
Intendente Alvear del barrio Recoleta.
En este segundo
caso, pese al beneplácito judicial que habilitó la continuidad de la obra, los
funcionarios pro decidieron suspender y modificar el recorrido de la línea H
tras las quejas de los vecinos.
Eso sí, el daño ya producido
a la plaza Intendente Alvear por la obra ahora frenada resultará insalvable en
cuanto al mobiliario urbano histórico, aún cuando el macrismo ha prometido reconstruirla.
Es claro que no se
puede establecer una comparación lineal entre ambos casos, pues no sería
racional equiparar un enrejado con una obra para construir una estación de
subte.
Más allá de eso, no
deja de sorprender la decisión municipal de suspender una obra ya iniciada para
la cual se supone, se habrán realizado los estudios ambientales y arquitectónicos
pertinentes.
¿Será que la marcha
atrás responde al sabido apoyo que ha venido teniendo el pro en ese barrio?
Probablemente o en
parte, sí.
Lo cierto, es que el daño a la plaza
Intendente Alvear, así como el producido en la 9 de julio o el que se hizo a
las farolas de Plaza de Mayo en ocasión de la carrera del TC2000, es
irreparable.
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