Las grietas en la Confederación General del Trabajo son cada día más profundas, y ayer, cuando el moyanismo se reunión bajo el título del Comité Central Confederal, se evidenciaron categóricamente.
Moyano y sus aliados, buscaron dar una demostración de fuerza en una reunión cuya legitimidad se cuestionó desde el espacio opositor, que tiene como máximo referente a Antonio Caló.
En el mitin, tanto el titular de la central como varios de sus aliados embistieron con dureza contra el heterogéneo espacio opositor y contra el Gobierno Nacional y Popular, acusando a ambos de la crisis cegetista.
Desde luego, el sector opositor no tardó en responderle no reconociendo esa reunión como legítima, y cuestionando su legalidad al punto de especificar que de ser necesario, llevarán el conflicto al Poder Judicial.
A esta altura, los canales de dialogo para convenir un congreso normalizador de la CGT consensuado entre ambos espacios están completamente rotos, por lo que difícilmente se pongan de acuerdo antes del 12 de julio; día que promueve el oficialismo para realizar la renovación de autoridades.
Si bien no está dicha la última palabra, el espeso clima que se vive comienza a dar paso a un escenario de fractura.
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