La excepción.

Ayer por la tarde, en la clausura de la convención anual de la UIA, la Presidenta, Cristina Fernández, anunció que el medio aguinaldo correspondiente al mes de diciembre de los asalariados cuyo sueldo es inferior a los $35 mil, quedará exceptuado del pago del Impuesto a las Ganancias.

El anuncio tiene tres lecturas trascendentes a destacar:

La primera es que la definición se toma en un momento en el cual sindicatos opositores y algunos que acompañan este proceso político –  resaltan los ligados al transporte y los bancarios-, vienen reclamando por la suba del mínimo no imponible y por esta medida puntual, con lo que el anuncio es una respuesta concreta.

Y es una respuesta que por su carácter, desarticula, no sólo cualquier atisbo de mínima legitimidad de un reclamo que es sólo del 11% de los trabajadores – los que más ganan-, sino también cualquier medida de fuerza que pretendiera presentarse en el mismo sentido y que hubiera perjudicado a la enorme mayoría de los trabajadores colaborando, cuanto menos, a lo que todos los diciembres se pretende instalar desde distintos sectores que apuestan al caos social.

La segunda lectura es que se evidencia, con el sólo hecho del anuncio y considerando que este gobierno que ha cuidado las finanzas públicas como ningún otro en los últimos 40 años, que en un año en el cual la economía ha atravesado problemas, la recaudación impositiva siguió mejorando al punto de permitir esta medida, y ello ocurre sin que se haya aumentado ningún impuesto de los existentes del 2003 a la fecha.

Finalmente, la tercera lectura; la del plano económico en el cual, con esta excepción del pago de Ganancias, el medio aguinaldo, se espera, sea volcado al consumo, tanto en la época de fiestas venidera como en las vacaciones de verano 2015.

Es evidente que el anuncio, más allá de la legitimidad social con la que cuente la excepción, puede apreciarse de manera positiva porque le permite al Gobierno, no sólo desactivar un conflicto, sino también maniobrar en pos de generar más consumo en el mercado interno, lo que se traducirá en más producción y más trabajo.