Durísimo revés para la administración de Barack Obama, el de
ayer en las legislativas de medio término en Estados Unidos, que arrojaron como
dato fundamental que el control total del Congreso estará en manos del Partido
Republicano los próximos dos años.
Respecto del Senado, en una jornada donde se renovaban 36 de
los 100 escaños, los republicanos suman al momento 52, mientras que los
demócratas mantienen 45 quedando sólo 3 por definir.
En cuanto a la Cámara de Representantes que ya era
controlada por los republicanos, la diferencia se amplía ya que estos logran
242 bancas y el oficialismo conserva 175, cuando sólo restan definir 18.
Cabe destacar que el Partido Republicano ganó en 20 Estados,
entre ellos, el de Texas, el más populoso que ponía bancas en disputa, y como
contraposición, los demócratas se impusieron sólo en 11 – entre ellos en Illinois,
el pago chico de Obama-, cuando aún falta definirse en segunda vuelta los
estados de Virginia; Luisiana; y Alaska – estos dirimen sus escaños para la
cámara alta con un sistema de ballotage-.
Por donde se la mire, la legislativa de ayer fue una notable
derrota demócrata que posiciona la interna republicana de cara a las próximas
presidenciales - el Tea Party fue un gran ganador-, y a la vez, deja al gobierno de Barack Obama ante una potencial situación
de bloqueo legislativo de cara a sus últimos años de gestión.
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