Leemos en Minutouno.com sobre la juntada de candidatos
opositores más Daniel Scioli, que realiza en el día de la fecha, la Confederación
Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
En ese marco, Mauricio Macri, prometió que de ser
presidente, tardará de “dos a tres años” en terminar con la inflación.
Como suele ocurrir con él susodicho y el resto de la
oposición, nunca explican cómo harán para concretar sus promesas, y en este
caso como en otros, las propuestas a desarrollar para concretar lo anunciado
como objetivo, pueden tener una terrible potencialidad – recuérdese el modelo neoliberal
con el cual se terminó con la hiperinflación, pero también con la industria; las
paritarias; la salud; la educación; y el trabajo-.
De allí, el planteo que desde 2003 ha señalado el
kirchnerismo sobre la necesidad de no pensar la economía a partir de preceptos
monetaristas como las metas de inflación, y sin desconocer que no es lo mismo
una inflación anual del 7% que una del 24%, abordar la problemática
considerando el complejo entramado económico del país.
Para ello, necesariamente debe avanzarse con políticas que
apunten, no sólo a desandar el libertinaje del mercado defendiendo a los
consumidores – el proyecto de la nueva ley de abastecimiento va en este
sentido-, sino también generando alternativas que ataquen la fuerte
concentración y carterización; claves a la hora de entender quién fija los
precios y como lo hace.
En el discurso de Macri como en el resto de los opositores,
nada de todo esto se presenta.
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