Se conoció ayer por la tarde, la aprobación en la Organización
de las Naciones Unidas, del proyecto de resolución para dar un marco
regulatorio legal a la reestructuración de las deudas soberanas impulsado por Argentina
– entiéndase el kirchnerismo, considerando que no hubo una sola voz opositora
favorable-, quien logró los consensos necesarios, primero en el G77 más China, y
luego, en la asamblea del organismo internacional madre.
Con 124 votos favorables, 11 en contra y 41 abstenciones, la
ONU precisó así, no sólo que tiene competencia en la regulación legal de las
reestructuraciones de deuda, sino también que amerita discutirse un marco legal
internacional.
Entonces, bien puede señalarse el carácter histórico de la
votación, tanto porque es la primera vez que la ONU habilita a debatir los
límites del Poder Económico respecto de los países soberanos, como por la
propia potencialidad de esta habilitación aun cuando se hicieron visibles las
negativas de los denominados países centrales.
Dicho esto, cabe destacar, entendiendo las limitantes en su poder
de acción que tiene el organismo cuando del cumplimiento de resoluciones por
parte de los países centrales y sus satélites se trata – sobran los ejemplos
pero uno bien gráfico que sufrimos, es el de la negativa del Reino Unido a
sentarse a dialogar por la soberanía de nuestras Islas Malvinas haciendo caso
omiso a las resoluciones del comité de descolonización-, que el desarrollo de
un marco que tenga una capacidad real de regular deudas reestructuradas por
países soberanos y su aplicación, dependerá, justamente, de la generación de
legitimidades que puedan poner en evidencia asimetrías y avancen en la
construcción de un contrapoder mundial.
Desde luego, la votación de ayer va en ese camino, y
probablemente sea ello, lo que más preocupa a varios de los funcionarios estadounidenses
y europeos que no dudaron en hacer pública su preocupación.
Respecto de los buitres opositores internos, cabe agregar
que lo ocurrido ayer se les traduce en una doble derrota: Porque una vez más,
el Gobierno Nacional logra instalar un debate en foros internacionales de
manera exitosa – No vi titulares publicitando que el kirchnerismo “impuso su
mayoría automática” en la ONU-, y porque su postura cipaya que pregona pagarle
todo a los buitres sin chistar, con más o menos humo en el medio, nuevamente
queda en evidencia ante el aluvión de acompañamientos a la defensa de la
soberanía argentina.
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