La paritaria docente sigue estancada, a nivel nacional y en
varias jurisdicciones, entre ellas, la que tiene casi la mitad de estudiantes
del país, la Provincia de Buenos Aires.
Indudablemente, la dinámica de la negociación es más que
compleja y en esto, cabe destacar que la paritaria nacional fija solamente un
piso, a partir del cual las provincias negocian.
En esa discusión, los gremios docentes no aceptan que se
incluya el pago por presentismo, algo con cierta lógica entendiendo la realidad
de las escuelas y las sistemáticas ausencias, avaladas por el estatuto
docente, pero que tienen el mismo
efecto: La perdida de horas y días de
clase.
Sin ánimo de entronizarla como la mejor o única opción, la
del presentismo, a priori, no suena descabellada como aliciente pragmático para
que se cumplimenten las horas de clase.
Dicho esto, algo que cuenta con el aval de los números
reales sobre ausencias y horas de clase dictadas, fundamentalmente en la
Provincia de Buenos Aires, también es cierto que en una negociación paritaria,
los gremios buscan siempre obtener todos los beneficios posibles; algo legítimo,
y que este gobierno ha sido el que ha recuperado las paritarias y ha sido
factor determinante para los mayores aumentos recibidos por los docentes en los
últimos 50 años.
A partir de ello y considerando la voluntad política que
cuenta con 10 años de cumplimiento, aún sin dejar de lado la necesidad vital
que implica el aumento de salarios para los trabajadores de la educación, es
que no parece algo irracional solicitar a los gremios que acaten las conciliaciones
obligatorias respectivas, y continúen negociando mientras dictan clases.
Sería deseable que en este momento, con las dificultades
económicas que atraviesan al país, los gremios fueran capaces de mirar un poco más
allá, a fin de evitar que se corte la soga de tanto tirar.
1 comentario:
perdón pero no entendí lo último.
Publicar un comentario