Hoy por la mañana, asumió en Valparaíso, su segundo mandato
al frente del Ejecutivo chileno, Michelle
Bachelet.
Grandes desafíos le aguardan, sí pretende llevar adelante el
programa de profundas reformas con las que la nueva alianza que encabeza, el
Pacto Nueva mayoría, se impuso en las elecciones el año pasado.
Grandes desafíos porque de movida, el triunfo, no lo
suficientemente contundente en la primera vuelta, le impide a la nueva
coalición de gobierno tener la mayoría parlamentaria requerida para llevar por
si sola su principal promesa de campaña: La reforma de la constitución
pinochetista vigente.
Grandes desafíos también, porque al arduo trabajo
parlamentario deberá sumar políticas concretas que incluyan a los movimientos
sociales artífices, en gran parte, de la victoria electoral.
El triunfo de Bachelet tanto en primera vuelta como en el
ballotage, estuvo bastante lejos de brindar a este proceso político que
pretende iniciar, una base de legitimidad social.
Las concurrencias escasas al sufragio - del 48% y 42% en las
dos instancias electorales-, dan cuenta de la falta de confianza que la mayoría
de los chilenos tiene en su sistema político institucional, algo que sin dudas,
representa la mayor preocupación para un gobierno que inicia con no todas las
herramientas necesarias a fin de realizar las transformaciones requeridas.
Bachelet tendrá la difícil tarea de construir
legitimidad social, sostener la coalición de gobierno, y lograr negociaciones
favorables en un parlamento en el que la derecha continuará siendo factor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario