Tras varios años de espera por parte de muchas parejas
que anhelan formar una familia y aún con la resistencia de las prepagas, ayer
el Poder Legislativo sancionó la Ley
Nacional de Fertilización Asistida.
Un hecho histórico, sin dudas, que en la práctica prevé la creación de un programa nacional de Salud
Sexual y Procreación Responsable, que dará acceso a los tratamientos de
fertilización a través del Programa Médico Obligatorio del sistema público y
privado de salud, sin distinción de estado civil u orientación sexual del
solicitante.
Y digo hecho histórico
porque así como lo fuera la norma vigente desde 2011 que reglamenta la medicina
prepaga, esta nueva, también ha saldado un debate en el cual las empresas que
se dedican a la medicina privada operaron hasta último momento en pos de
defender sus intereses particulares corporativos, ajenos a las necesidades de
sus usuarios.
De esta forma, el
kirchnerismo continúa avanzando con una agenda de salud que atiende a todos los
sectores sociales porque la comprende en tanto un derecho inviolable y no un
negocio.
Es ésta, la concepción
con la cual hoy, tenemos un país en el que las empresas privadas que hacen su
negocio con la salud, ya no podrán desestimar con la excusa de los costos, algo
intrínsecamente humano como la asistencia a quienes no pueden tener hijos.
Ahora tendrán que
respetar esta nueva ley que me permito denominar como “de la vida”.
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