Se conoció ayer, pero las principales repercusiones surgen
por estas horas, respecto de lo que fue el portazo del ya ex jefe de la bancada
del Frente Renovador en Diputados, Darío Giustozzi.
Con profundas críticas al espacio que pilotea Sergio Massa y
fundamentalmente a su conducción, quien fuera Intendente de Almirante Brown
electo por el Frente para la Victoria, hizo público un alejamiento que aunque
el massismo intente minimizar, es un golpe duro.
Un golpe duro porque Giustozzi fue clave en el armado
original del FR y el lanzamiento de Sergio Massa en 2013; algo que difícilmente
hubiera ocurrido sin él como pata fuerte en la Tercera Sección Electoral de la
Provincia de Buenos Aires, y porque indudablemente reciente la estructura en
cuanto a lo que el primero representaba como referente – fue hasta la aparición
de Francisco De Narváez, el claro número dos de la aventura massista-.
Detrás de la definición se encuentra justamente la aparición
en escena del Colorado, encumbrado en la interna de la PBA del FR por el propio
tigrense quien deshizo sus promesas no sólo para con Giustozzi, sino también
para con un tendal de heridos que continúan fugando.
Aún no está claro cuáles serán los pasos a seguir del ex
número dos, pero más de uno ya descuenta su reincorporación al FpV y su
postulación para retomar la gestión de Almirante Brown; algo que obviamente, no
cae bien en la interna peronista de ese distrito.
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