Las posibilidades de un nuevo paro en el transporte público se
acrecientan como lo manifestó hoy, en declaraciones radiales, el titular de la
UTA, Roberto Fernández.
“Estamos más cerca del paro que de la negociación”, dijo como
muestra clara de que la disputa por la suba del mínimo no imponible, sigue
estando por encima de cualquier perjuicio que se pudiera causar al país.
Lejos de recapacitar o apostar a calmar las aguas, Fernández
señaló que pretende reunirse con Moyano; Barrionuevo; y Caló, a fin de acordar
una nueva medida de fuerza.
Es evidente entonces, que el mencionar al líder metalúrgico esconde
esa carencia respecto de la legitimidad de la medida; razón que lo hace exponer
a Fernández la necesidad de sumar gremios grandes a una disputa que como bien
sabemos, lejos está de ser una problemática que afecte a la gran mayoría de los
trabajadores.
Es bien sabido, aun cuando los referentes del sindicalismo
opositor se empecinan en ocultarlo, que el pago de Ganancias sólo afecta al 6%
del universo de los trabajadores, y allí radica, no sólo esa carencia de
legitimidad que bien se oculta tras la capacidad de parar la actividad que
poseen los gremios del transporte, sino también la vocación por apostar a
golpear al Gobierno Nacional en el año electoral.
Parece ser, y no suena nada descabellado, que la apuesta
será a generar nuevas medidas de fuerza que den cuanta, tanto de la visión
ombliguista y ajena al concepto de solidaridad que ostentan hoy los referentes
de los gremios opositores, como de su vocación por intentar generar malestar
social a fin de golpear al gobierno.
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