Sin transporte público y con piquetes
minando los accesos a la Ciudad de Buenos Aires, se cumple por estas
horas, la premisa de garantizar que no haya actividad laboral en el
área metropolitana; algo que se replica en los principales centros
urbanos del país.
Así se lleva adelante un paro que
tiene como reclamo la eliminación del impuesto a las ganancias que
afecta a sólo el 6% de la masa de trabajadores si incluímos
registrados y no registrados, y que cabe señalar, es el que tiene
los mejores sueldos del país – De 18 mil pesos en adelante-.
Perdidas millonarias para empresas,
fundamentalmente las PYMES, y perjuicios que redundarán en el sueldo
cobrado a fin de mes para gran cantidad de trabajadores – 6 veces
mayor a aquel 6% y me quedo corto-, que hoy han perdido el
presentismo y/o las horas extras.
Pese a ello y ante el gobierno que más
a recuperado el trabajo y los salarios desde el último del General
Juan Domingo Perón, la medida, pensada hace tiempo y ejecutada hoy,
la llevan adelante el grupo de gremios minoritario del Transporte con
capacidad para parar la actividad, también, hay que decirlo, con el
compromiso ineludible de la izquierda; siempre atenta a atacar al
Gobierno.
Es indudable que detrás de esta medida
de fuerza tan injustificada como pretenciosa, existe más que el
reclamo para salvaguardar a ese 6% de los trabajadores a los cuales
el impuesto a las ganancias no les impude cobrar, de todas formas,
sueldos formidables que están ampliamente por encima del promedio.
Es indudable porque los actores que
participan de esta jornada de perdidas para el país, vienen buscando hace largo rato, golpear a un Gobierno que ha gestionado
en pos de los intereses de los trabajadores corriendolos de su
pretendido lugar central en la disputa, y porque el paro en
condiciones de un año electoral apunta también a ser un aviso
respecto de quien resulte elegido próximo presidente; ese
condicioante que pese a los denodados esfuersos de varios de los
sindicalistas que hoy se vanaglorian del éxito mentiroso de la
jornada – mentiroso porque es obvio que sin transporte y con cortes
en los accesos obligas a los trabajadores a que no trabajen-, no han
podido ser en los últimos años simplemente porque la legitimidad de
este proceso político la dan los trabajadores fundamentalmente.
Dicho esto, y llendo al impuesto en si,
probablemente uno de los más progresivos que existen en nuestro
sistema tributario, cabe destacar que en todo caso, lo que se
necesita es reformular este sistema para lograr avanzar de forma tal
que los que más tienen aporten aún más, y aquí incluyo a aquellos
cuyo aporte es escaso o nulo como en los casos de la renta
financiera; la minería; y el juego.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario