En el día de ayer, el presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, reafirmo la concepción imperial propia de su país atacando a Venezuela
al declararlo “una amenaza para la seguridad nacional” – medida que según la
ley estadounidense habilita al Ejecutivo a ciertos mecanismos discrecionales
para sancionar a quién es cuadrado en esa figura-.
Las excusas de Obama, las de siempre; las que EEUU suele
publicitar cuando se trata de países que no son útiles a sus intereses y que no
se arrodillan ante sus designios: La justificación tan necesaria para
legitimarse en la era de la híper comunicación con los supuestos de defensa de
la democracia y los derechos humanos; algo que el país del norte no cumple
puertas adentro.
Como era de esperar, la respuesta soberana de Venezuela se
produjo con celeridad cuando su presidente, Nicolás Maduro, calificó al ataque
de Obama como “la agresión más grave contra Venezuela en toda su historia”, y
detalló, hablándole a su pueblo: “Venezolanas y venezolanos estamos viviendo un
tiempo estelar, es tiempo de definiciones para decirle al imperio
estadounidense que pretende violar la sagrada patria, que la bota yanqui no
tocará jamás la patria que estamos viviendo”.
No es algo casual, que esta flamante agresión se suceda en
momentos en los cuales Estados Unidos tiene casi cerrado un acuerdo con Irán.
No es casual porque Obama necesita calmar los ánimos
internos del complejo entramado militar y de servicios secretos en el que ha
pesado ese acuerdo con el otrora demonizado país asiático, al tiempo que da una
respuesta política de neto corte imperial ante la avanzada republicana.
Tampoco es casual que sea de ese tipo la respuesta, porque
le resulta inviable escapar a la concepción instaurada del Estado Hegemónico
con prerrogativas para con los demás Estados, aun cuando la hegemonía se
evidencia en crisis; muestra clara de esto es lo que hace algunas décadas
hubiera sido impensado: La palabra de un tercero que se coloca con la potestad
de emitirla a partir de su legitimidad internacional construida – China sentó
posición por medio del Ministerio de Exterior cuyo vocero, Hong Lei, señaló que
“ambas naciones tienen que alcanzar una relación basada en el respeto”-
2 comentarios:
Realmente espero un posicionamiento y comunicado de la Unasur. No se que se está esperando.
Aguante la revolución bolivariana!
Daniel el tontuelo ? En quetacho de basura vivis ! No estudias ? No sabes leer ? No te enteraste de lo que sucede en el mundo ? que todos los tontuelos, van a parar al fuego ?
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