Se va aclarando el panorama sobre el acuerdo con Repsol.

Se van conociendo más datos sobre el acuerdo que viene a zanjar el diferendo por la expropiación de YPF, y se aclara el panorama.

La legitimación de la deuda con Repsol, paso ineludible entendiendo la legalidad argentina, tiene ahora un principio de acuerdo aprobado por el directorio de la multinacional de origen español, en el cual la estatal mexicana PEMEX, jugo un rol determinante.

PEMEX, accionista minoritario en Repsol, necesitaba del avance en la resolución del conflicto por su intención de ingresar en Vaca Muerta, y de allí, su oficio en presionar para que se encaminara una negociación que, al menos con los datos actuales, es notablemente favorable para el país.

Es que para Argentina, cerrar un pago por la expropiación en 5.000 millones de dólares, menos de la mitad de lo que Repsol pretendía, ya es un buen negocio considerando la potencialidad de YPF y lo que representa en términos de la posibilidad de recuperación de la soberanía energética de acá a cinco años, según estima el titular de nuestra compañía, Miguel Galuccio.

Si a ello sumamos, que el pago no se esta planteando en activos líquidos en su totalidad, y que la resolución del conflicto abre la puerta a un horizonte de inversiones en materia de hidrocarburos, entre las que ya se empieza a contar el desembarco de PEMEX en Vaca Muerta, indudablemente, el acuerdo redunda en un enorme beneficio para los intereses de nuestro país. 

Entonces, aún desconociendo la totalidad del acuerdo, puede señalarse que de realizarse en estas condiciones, Argentina obtiene una victoria no menor, por lo que implica en términos de la resolución de un conflicto que se encaminaba a los tribunales económicos internacionales que jamás fallan en contra del Poder Económico, pero también, por lo que representa de cara a la ansiada soberanía energética.