En el día de ayer, el Senado aprobó que la Estación
Avellaneda del FFCC Roca pase a llamarse Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
Una vez más, este proceso político está a la vanguardia en
materia de derechos humanos, haciendo un reconocimiento a los dos militantes
políticos asesinados por la policía bonaerense aquel 26 de junio de 2002, en
esa dolorosa jornada de protestas en distintos puntos de la CABA y el conurbano
bonaerense.
Darío Santillán y Maximiliano Kosteki eran parte de la Coordinadora de Trabajadores
Desocupados Aníbal Verón que junto a otras organizaciones, habían arribado en
la mañana del 26 para participar del corte del puente Pueyrredón, una de las
acciones que se llevaban adelante en reclamo de pan y trabajo, en un país
sumido en la pobreza y la indigencia tras el cataclismo de diciembre de 2001.
La protesta tenía previsto mantener el corte total del
puente durante esa jornada, y obtuvo como respuesta una brutal represión
perpetrada por la policía bonaerense, que irrumpió con palazos; gases; balas de
goma; y balas de plomo, a fin de despejar el puente.
Las advertencias en los días previos por parte de los
gobiernos, nacional encabezado por Eduardo Duhalde, y provincial dirigido por
Felipe Solá, se hacían realidad, y la fuerza de seguridad se hacía presente
para tomar el puente Pueyrredón a sangre y fuego.
El saldo, numerosos heridos y los asesinatos de Santillán,
perpetrado en la Estación Avellaneda,
y Kosteki, en la entrada del supermercado Carrefour a pocas cuadras de allí.
La masacre de Avellaneda, como se la recuerda, constituyo el
principio del fin del gobierno duhaldista, y de igual forma, fue un punto de
quiebre en cuanto a responder con represión la protesta social.
El valor simbólico e histórico que tiene el reconocimiento a
estos dos jóvenes militantes, al realizar el cambio en el nombre de la estación
del FFCC Roca, da cuenta de una actualidad completamente distinta no sólo en lo
económico; lo político; y lo social, sino también en la concepción y el respeto
por la vida y los Derechos Humanos.
Once años y casi cinco meses transcurrieron desde aquel nefasto
26 de junio, y hoy tenemos un país cualitativamente diferente, con un Gobierno Nacional
y Popular que no reprima la protesta social, y con un Poder Legislativo que
realiza el sentido y merecido homenaje a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
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