Entre los saldos que nos ha dejado la elección del domingo
próximo pasado, se encuentra la ineludible merma de votos al Frente para la Victoria respecto de la
ejecutiva de 2011.
Aún teniendo en cuenta el crecimiento en el respaldo
comparado con las PASO, y sin dejar de lado factores como el desgaste natural
de diez años de gestión; la característica dispersión del voto en elecciones de
medio término; y el hecho no menor de la ausencia de un Kirchner como
candidato, para una fuerza que necesita el apoyo de los sectores populares para
continuar el proceso de transformación, esa merma de votos es un necesario
llamado de atención.
A la hora del análisis fino, se observa que el FpV perdió en
24 de los 29 municipios del conurbano bonaerense, y este dato no resulta menor,
pues advierte una parte de los sectores sociales medios bajos y bajos, otrora
contenidos, no respaldó la gestión de gobierno.
De allí, la válida pregunta en cuanto a ¿qué sectores
pretende representar el kirchnerismo?, y no sólo representar, sino contener y
conmover como sujeto del proceso político.
Es claro que en su surgimiento y desarrollo histórico, el
kirchnerismo como recuperador de la doctrina peronista, ha sabido contener y
dar respuesta a las demandas, fundamentalmente, de los sectores populares, de
los trabajadores; los pobres; los sectores medios bajos.
Entonces, de igual forma, resulta clave entender que el
resultado de la elección arroja, al menos un interrogante, respecto del grado
de representación que hoy ostenta respecto de estos sectores.
Porque aún entendiendo que las medidas tomadas a posteriori
de las PASO, redundan en una notable mejora para una parte de los asalariados,
no es menos cierto que esa parte, en términos de poder adquisitivo, esta por
encima de los sectores a los que refiero, a los cuales evidentemente, el oficialismo deberá escuchar.
El otro gran desafío, será saber interpretar las denominadas
nuevas demandas, producto de la duplicación de la clase media que tiene como
uno de sus logros, la Década Ganada.
A partir de hacer una correcta lectura en estos dos aspectos
y obrar en consecuencia en los próximos dos años, es que el proyecto político
liderado por Cristina Fernández de Kirchner - que también deberá encontrar
nuevos liderazgos y esto no es un tema menor-, tendrá la capacidad para
continuar y profundizarse de 2015 en adelante.
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