Llegó el 31 de julio y Argentina, como era de esperarse,
eligió la opción menos mala de las dos posibles en este escenario donde la política
de desendeudamiento para con los acreedores privados quedó sometida a la
definición del juez de los Fondos Buitres, Thomas Griesa.
Es la opción menos mala porque como se ha explicado aquí
y en tantos otros lados, no ata a nuestro país a esa dinámica perversa de sobreendeudamiento
a 30 o 40 años; algo que condicionaría la política económica al tiempo que
abriría la puerta para la destrucción total de todo el proceso de
desendeudamiento.
Cabe aclarar que también es la menos mala porque sí podría
condicionar el arribo de inversiones de aquellos privados que toman como parámetro
económico lo que dice o deja de decir el mundo de la timba financiera con las
calificadoras de riesgo a la cabeza.
Dicho esto, que es lo que nos toca o podría tocar como país,
es importante dejar en claro que existen toda una cantidad de cosas que son
propias de la timba financiera y en nada nos rozan – como ejemplo podemos poner
el negocio de los seguros por default-, y algo que definitivamente podría
influir de llegar a concretarse que es la compra del juicio a los Fondos
Buitres por parte de otros privados – se habla de bancos argentinos que evalúan
como mejor negocio gastar en comprar el juicio para reponer el “stay” acortando
el escenario del denominado default técnico-.
En lo que hace a la discusión sobre cómo se denomina a esta
situación inédita en la historia económica mundial - nunca ocurrió que un país solvente
deposite el pago correspondiente a sus acreedores y el mismo no les llegue
porque los bancos deciden consultar a un juez si lo hacen llegar o no y el juez
se toma la atribución de frenarlo-, es claro que el término que se utiliza,
como en todo debate, está cargado de la subjetividad del interesado en
utilizarlo y por ello, no casualmente, vengo hablando de “denominado default
técnico”.
“Denominado default técnico” porque así es como lo presentan
quienes quieren ver a Argentina arrodillada ante los buitres y el Poder
Financiero, por su deseo de destruir a este gobierno a cualquier costo pero
también por los múltiples negocios que tienen con aquellos.
Las calificadoras de riesgo junto a todo el mundo financiero;
los multimedios opositores; la oposición en unas cuantas trincheras; y Griesa y
su perro faldero, Daniel Pollack, vienen siendo actores interesadas en nombrar
como default, sea técnico o selectivo, una situación que ninguna de las dos
partes interesadas y con la potestad legal para hacerlo –Argentina y los bonistas
que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010-, ha denominado así.
No es casualidad porque la apuesta es a instalar el término
a sabiendas de la carga negativa que este posee, y por ende, a abonar a la desconfianza
económica y el miedo en la sociedad argentina.
2 comentarios:
Una de las cosas pesimas que pueden ocurrir a los bien-intencionados, es tentar retrucar cada uno de los argumentos que los serviles al caudillismo esgrimen, para justificar el hundimiento que la cabeza caudillezca, somete a los pueblos que consigue dominar ! Estamos delante de una cabeza caudillezca, que en primerisimo lugar, generó un 'relato'.
Los serviles, jamas lo admitirán ! A seguir, la cabeza caudillezca genera una sutilisima corrosion del tejido social, generando la division entre 'ellos' y 'nosotros'. Con un relato lleno de falsedades ideologicas, resulta un trabajo ciclopico de alguien bien intencionado, tentar retrucar cada uno de estos 'argumentos del caudillo'. La tactica, es sutilmente arquitectada, para que se parezca con una lluvia acida, que TODO lo carcome ! Como tentar contrarestar una lluvia ? Y mas, si es acida ! Por eso, el ciudadano bien-intencionado, DEBE promover una lucha sin cuartel; primero: para comenzar un juicio politico contra la cabeza caudillezca y su banda !
Y segundo: NO VOTAR jamas en caudillo !
Durante la guerra de Rosas contra Inglaterra y Francia se escucharon cosas iguales a éstas, dichas por lacayos de las potencias imperiales a sueldo del enemigo. Es increíble, da para pensar que éste pescado cortó y pegó copiando de aquél discurso...
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