Buscando el “stay”.

Se encuentran reunidos en estos momentos, tal cual estaba previsto en el marco de la negociación que encabeza el juez de Nueva York, Thomas Griesa, los representantes de Argentina y los Fondos Buitres.

La audiencia, es una más en la negociación por el diferendo en el que decidió no emitir fallo, la Suprema Corte de los Estados Unidos, dejando librado el futuro de las renegociaciones de deuda del mundo, a los designios del juez afín a los Buitres.

La posición argentina, que no ha mutado desde el lavaje de manos del máximo tribunal del país del norte, es clara: Por un lado, nuestro país no está dispuesto ni tampoco tiene la capacidad para pagar la totalidad de la deuda reclamada por los Buitres y avalada por Griesa, y por otro, apunta a que se reponga el “stay” – entiéndase que se restablezca la cautelar que permitiría pagar a los bonistas que ingresaron en los canjes de deuda de 2005 y 2010 sin que esas fondos sean embargados y manteniendo la legislación actual de los canjes-, a fin de evitar lo que los tecnócratas neoliberales de la timba económica- financiera internacional denominan: Default técnico.

La reposición del “stay” permitiría a nuestro país continuar pagando los vencimientos en los plazos establecidos, algo necesario al menos hasta fin de año - momento crucial respecto de la cláusula RUFO existente, según la cual sí nuestro país le paga a algún deudor más del 30% que convino con quienes ingresaron al canje de deuda, está obligado a pagar lo mismo a estos últimos-, mientras sigue la negociación con los Buitres.

Sin esta opción, la situación aparecería como mucho más compleja y el denominado default técnico sería inevitable, máxime porque como es sabido, este Gobierno que no ha tomado un solo centavo de deuda externa, no tiene en sus planes hipotecar el futuro del país habilitando cualquier nueva negociación que implique pagar a 30 o 40 años una deuda sin quita alguna.