UE: ¿Impuesto a las transacciones financieras?

Leemos en Infonews.com, una noticia sorprendente que llega desde el viejo continente.

“UE: aprueban impuesto a las transacciones financieras”, titula el portal, y expone que la Unión Europea ha dado el visto bueno para que once países avancen en la imposición de una tasa sobre las transacciones financieras (FTT).

Austria; Alemania; Bélgica; España; Estonia; Eslovenia; Eslovaquia; Francia; Grecia; Italia; y Portugal, son los países que implementarían una tasa que grave las transacciones financieras, en lo que bien podría definirse como una medida histórica que quebraría el consenso neoliberal de protección de los mercados, de aplicarse en los términos planteados.

Una medida, que si bien no implica avanzar en la regulación de los formidables negocios del sistema financiero que están dejando a Europa en la ruina, si muestra una voluntad política de intervención estatal en un terreno que ha sido intocable del Consenso de Washington en adelante.

Un impuesto a las transacciones financieras, implica una intervención del Estado con fines recaudatorios, lo que constituiría un avance sin precedentes, trascendente de la normativa a aplicar en sí.

Trascendente porque desde la dimensión de lo político institucional, sería una muestra de rebeldía de los propios dirigentes que a la fecha, sólo han sido guardianes de los negocios corporativos.

Parece irracional e inverosímil la idea de una tasa que regule las transacciones financieras, considerando que países como Alemania; Grecia; Italia; o España, tienen gobiernos que comulgan y publicitan el neoliberalismo del ajuste sistemático sobre los pueblos.

Sin embargo y aún no dando por sentado que la medida se vaya a aplicar en los términos en los que se da a conocer desde la propia UE, el mayoritario descontento social ante la protección de los intereses corporativos desde que la crisis inició, que va en aumento, y empieza a poner en evidencia el fracaso de los sistemas de representación europeos, puede ser un factor para entender la racionalidad de una medida que seguramente busca apaciguar los ánimos.

La única verdad es la realidad diría el General, por lo que, hasta tanto la tasa no sea implementada, no podremos observar si se trata de un hito o de más humo europeo.