El Poder Judicial sigue estando en el centro de la escena
política, y la flamante resolución de la Sala I de la Cámara Civil y Comercial
aceptando la medida cautelar presentada por la Sociedad Rural para que quede
legalizado el robo del predio ferial de Palermo, ha sido el último exponente.
Nada inocente, la
Cámara que defiende los intereses de los grupos concentrados
de la economía, realizó una doble maniobra en pos de mostrar su supuesta
ecuanimidad.
Por un lado avaló la cautelar presentada por la oligarquía,
y por otro habilitó la feria judicial para que se trate la apelación del
multimedios Clarín respecto del fallo de primera instancia en la causa por la
Ley SCA.
Astuta jugada que los pretende pintar de equitativos, pero que
en la práctica puede traducirse en puro humo, pues en ninguna de las dos causas
pone una fecha límite para que se conozcan fallos sobre el fondo de la cuestión.
Consecuencia lógica, que la feria judicial haya quedado
habilitada no se traduce en que la Sala I falle
con mayor prontitud en el caso de la Ley SCA, mientras
que el sostenimiento de la cautelar que protege el robo perpetrado por la Sociedad Rural al patrimonio
nacional, si habilita la laxidad en los tiempos judiciales.
Todo ello, recuérdese, en dos causas que por su conformación
corresponden al fuero contencioso administrativo, y que el fuero civil y
comercial a aceptado entrometiéndose en una actitud que lesiona la legalidad.
Resulta penoso, seguir sumando episodios que lo único que confirman es
la urgencia con la que debe reverse un poder del Estado que se encuentra en el
ojo de la tormenta.
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