La jornada de ayer ha dejado tela para cortar y en este
sentido, cabe reflexionar al respecto.
Antes que nada, es ineludible expresar que la convocatoria
tuvo la masividad esperada – dejando estimaciones de lado, es claro que la
marcha fue masiva y se complementó con convocatorias en otras ciudades del país
como Mar del Plata; Córdoba; Santa Fe; Rosario; Tucumán; y Salta-, y que ello
tiene sus razones disimiles.
Entre estas, sin dudas no puede dejar de mencionarse la
convocatoria por el homenaje y el pedido de “justicia” por la muerte de Alberto
Nisman, pero como ello, tampoco puede dejar de exponerse una razón anterior: La
instalación en la agenda publicada por parte de los multimedios opositores de
la hipótesis del asesinato del fiscal como una certeza, que a su vez sirvió de
paso previo para publicitar amplia y sistemáticamente la marcha.
Al margen de esto, quedó evidenciado que la conformación de
la movilización también tuvo otras motivaciones más ligadas a cuestionamientos
para con los poderes del Estado y el Gobierno Nacional, y que hubo no pocos
asistentes que utilizaron ese espacio a modo de catarsis; algo que, hay que
decirlo, fue posible porque en nuestro país están garantizados los derechos de
todos a expresarse libremente y a manifestarse en el Espacio Público.
De igual forma, quedó evidenciada la centralidad opositora
de la movilización, algo que no ingenuamente buscaron no asumir ni sus organizadores
ni sus publicistas quienes pretendieron llevarla a la supuesta nebulosa
neutralidad que tanto aporta a la convocatoria.
La nebulosa neutralidad permite situarse en el lugar
naturalizado de “la gente”, tan puro como ajeno al supuesto sucio mundo de la
política; lugar en el cual también quisieron ubicarse los cinco fiscales
convocantes desde el discurso en los últimos días, y en la práctica al marchar
separados de todos los políticos opositores que pretendieron subirse a la
convocatoria buscando alguna tajada de cara al año electoral.
Sin embargo, la centralidad opositora fue tamizada y ello se
pudo apreciar en el tono de la movilización que vio respetada la consigna de no
banderías políticas o carteles ofensivos; algo que podía esperarse a partir de la
confirmación de la concurrencia del núcleo familiar del fiscal fallecido encabezado
por su ex mujer, la jueza Sandra Arroyo Salgado, sus dos hijas y su madre.
Es claro que todas las apariciones públicas de Arroyo
Salgado a la fecha han sido en el sentido de resguardar la investigación y
dejar asentado el valor de la prudencia, y estas son referencias ineludibles a
la hora de analizar el tono de una movilización que desde su convocatoria hasta
su puesta en escena fue mutando constantemente.
Por último; no menos relevante; y consecuente con el tono de
la movilización, cabe destacarse que la misma transcurrió tranquilamente y no
se registraron incidentes, ni durante su desarrollo, ni durante la
desconcentración.
1 comentario:
Si fueses un Ciudadano argentino, con un minimo de conciencia, dirias: la demostracion, fue de que TODO el pueblo, salió y le dijo BASTA a la patotera ! No solo salió en lacapital, mas en TODAS las ciudades de la pobre Republica ! Y en MUCHISIMAS ciudades del mundo !
Es un grito de BASTA de la 'inkapacidad' ! Basta de divisionismo, como UNICA tactica del (des)gobierno, para imponer su totalitarismo, destruyendo la organizacion del Estado ! Queriendo aniquilar los poderes del Estado !
En definitiva, BASTA DE COMUNISMO DISFRAZADO, BOLIVARISMO FRACASADO Y CAUDILLISMO POPULISTA !
eSO ES todo ! BASTA !
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