Jornada electoral determinante en varios aspectos, entre
ellos el que hace al futuro regional, la vivida ayer, cuando finalmente y por
un margen acotado, Dilma Rousseff obtuvo la reelección en la segunda vuelta
brasileña.
Escrutadas el 100% de las mesas, 51,63% de los votos, logró
la candidata del PT, mientras que su rival, el candidato de la derecha, Aécio
Neves, alcanzó el 48,36%.
Un triunfo ajustado que le permitirá al Partido de los
Trabajadores gobernar por cuarto mandato consecutivo y hasta 2018, pensando en
profundizar un rumbo de redistribución más equitativa de la riqueza; desarrollo;
e inclusión social.
Todas las especulaciones de quienes anunciaron desde hace
varios meses la debacle de Dilma y el ascenso de la derecha brasileña quedaron
enterradas ayer, bien cabe resaltarlo, aun cuando el nuevo periodo de gobierno
represente un gran desafío en pos de dar respuesta a los reclamos de aquellos
sectores que fugaron de la base electoral del oficialismo.
Por otra parte, también se celebró la primera vuelta
electoral en Uruguay, donde, con el 98,5% de los circuitos escrutados, el ex
presidente y candidato del Frente Amplio, Tabaré Vázquez, obtuvo un claro
triunfo aunque no le alcanzó para evitar el ballotage.
En números, Vázquez logró el 47% de los votos mientras que
el candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, alcanzó el 31% y el del
Partido Colorado, Pedro Bordaberry, el 13%.
Al margen que el Partido Colorado ya anunció su apoyo a
Lacalle Pou de cara a la segunda vuelta a realizarse el 30 de noviembre, el
Frente Amplio inicia el trayecto hasta ese día en una pole position
inmejorable, y difícilmente pierda la elección.
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