Hacia la urbanización de las villas de emergencia.

Ayer por la tarde en cadena nacional desde Casa Rosada, la Presidenta, Cristina Fernández, tuvo un extenso discurso en el que trato diversos temas.

Entre ellos, quiero destacar lo que fuera el anuncio sobre la creación de la Secretaria de Hábitat que estará a cargo del Arquitecto Rubén Pascolini, y que absorberá a la Comisión Nacional de Tierras “Padre Mugica”.

El flamante organismo estatal se dedicará en una primera etapa, a la urbanización de cien barrios informales de todo el país – 42 de ellos ubicadas en la Provincia de Buenos Aires- que se encuentran situados en terrenos fiscales, a fin de permitir el acceso a los servicios y otorgar títulos de propiedad a sus habitantes; algo para lo cual se destinará, una inversión de 2.118 millones de pesos.

“Lograr que los barrios informales, los denominados villas de emergencia, sean incorporados a la trama urbana; sean incorporados jurídicamente con el acceso a la propiedad de la tierra, como lo ordena la Constitución Nacional”, es el objetivo que explicitó la Presidenta y al que definió como “un sueño largamente acariciado que surge de nuestras más profundas convicciones, que nos hacen saber que cada argentino, cada habitante, tiene derecho a un pedazo de tierra en donde construir su hogar, donde su familia viva dignamente”.

Por otra parte, manifestó que este proceso de urbanización “no va a servir únicamente para los que viven en el barrio sino para todos los barrios formales que rodean a esos barrios informales, porque está claro que vivir al lado de una villa, de un barrio informal, de lugares donde no hay servicios, donde no puede entrar la policía ni las ambulancias también baja el valor de todas las propiedades que la circundan”, y en este sentido, señaló: “No pensamos solo en los habitantes de los barrios vulnerables, sino también en los que los rodean, para que todos podamos progresar en conjunto”.

Cristina también recalcó, enumerando los distintos aspectos en los que representara un salto cualitativo, que la urbanización de los barrios informales “dará más seguridad; más puestos de empleo; valorará los terrenos vecinos; impulsará la economía y brindará igualdad de oportunidades; dará más salud y viviendas y será una reparación histórica de esta gente que no es sujeto de crédito porque no tiene títulos de propiedad para mejorar sus viviendas”, y explicó que “se formará un fideicomiso para adjudicar los lotes fiscales y que la Dirección Nacional de Escrituración Social facilitará la adjudicación y la inscripción de los títulos correspondientes”, y que “se desarrollaran censos; se proveerá de estructuras básicas, de equipamiento comunitario, de plazas y centros asistenciales, así como escuelas”.

Abordar esta problemática; la de la urbanización de distintos asentamientos informales; una deuda histórica para con miles de argentinos, sin dudas, representa una reparación tan urgente como postergada.

Reparación que se traducirá en una transformación sin precedentes en la vida cotidiana de los habitantes de las denominadas villas de emergencia, y por ende, en un avance sin precedentes en la construcción de un país más igualitario.