50 personas fallecidas y 703 heridos es el terrible saldo que hasta ahora, nos dejó el accidente ferroviario ocurrido ayer por la mañana en la estación Once.
Los números y el accidente en sí – otro más en el ramal Sarmiento-, nos señalan indudablemente que estamos ante un momento de quiebre.
Ante una bisagra en lo que al sistema ferroviario se refiere, y que urge repensarlo dejando atrás el nefasto modelo privatista que impera.
El país necesita un replanteo entorno a la utilidad y la funcionalidad de los FFCC, no desde esa visión empresaria que todo encapsula en la ecuación costo- beneficio, sino desde la óptica del valor en términos del derecho que el Pueblo tiene a acceder a un transporte público digno.
Ayer asistimos de forma acabada, a las consecuencias más brutales de un esquema pensado y desarrollado para que la patria concesionaria, un cáncer que nos dejaron los ´90, se alce con todos los beneficios y las ganancias posibles sin dar cuenta de nada.
Observamos las consecuencias de un Estado que por lo menos, no supo controlar y sancionar a tiempo, algo que no puede llamarnos la atención si recordamos que su destrucción no exceptuó las áreas de control.
Ayer vivimos como sociedad, la cara más despiadada de ese modelo privatista que no puede continuar imperando en el sistema ferroviario.
Urge tanto dejarlo de lado, como avanzar hacia la construcción de un sistema ferroviario federal e integrado que pueda responder ante el derecho que todos tenemos de acceder a un transporte público digno y de calidad.
Este es el camino que debemos afrontar, y no caben dudas en cuanto a que las respuestas políticas que vaya dando el Gobierno Nacional y Popular, serán en esa dirección.
No voy a cerrar esta nota de ninguna otra forma que no sea exigiéndole al Poder Judicial que realice todas las investigaciones pertinentes para esclarecer lo que ocurrió ayer, y encontrar a responsables y culpables quienes deben asumir sus actos y ser castigados.
Por los 50 fallecidos y los 703 heridos, por sus familiares y amigos que viven horas de un profundo dolor el cual quiero acompañar, pero también por toda la sociedad que necesita conocer de manera integral, cuales fueron las causas que llevaron a esta tragedia.
Compañero Ikal Samoa
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