Se los intento demonizar denominándolos como punteros que
habían ingresado a la planta permanente un día antes de la asunción del nuevo
intendente, Roberto Sánchez.
Ese era el argumento central para justificar el despido de
470 trabajadores municipales en el inicio de “la revolución de la alegría” que
augura la Alianza Cambiemos en Concepción, Tucumán, y con él, se pretendió
instalar el tema a nivel nacional por parte de los medios opositores que vienen,
hace rato, pretendiendo legitimar el ajuste como ineludible.
Fracasaron.
Sánchez tuvo que dar marcha atrás y garantizar la fuente de
trabajo reincorporando a todos y cada uno de los laburantes que había echado,
reconociendo a su vez, que todos ellos tienen antigüedades en el municipio;
algo que evidencia la mentira que se pretendió instalar para justificar el
ajuste.
Es una gran victoria de los trabajadores y no es un dato
menor, sino una demostración sobre como la Alianza de Mauricio Macri pretende
gestionar – El ajuste del que no hablan pero que ya están pretendiendo instalar
en los distritos donde asumieron la gestión-, y como los trabajadores dan muestra
acabada de que no van a permitir ser una variable de ajuste.
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