Construyen una demonización, vieja y barata.
Lo primero por lo tantas veces usado, y lo segundo, porque
hablan de punteros, con la carga negativa que ese término tiene para la sociedad.
Colocan en el lugar de víctima al intendente por la Alianza
Cambiemos, Roberto Sánchez, quien asumió sus funciones recientemente en la
localidad de Concepción, Tucumán, y publicitan sus llantos que se acompañan de
las imágenes de la protesta social.
Es que, Sánchez, asumió y tomo, entre sus primeras medidas
de gobierno, la definición de echar a 430 personas de la municipalidad; algo
que se empieza a replicar en cada distrito donde ganó la Alianza que lidera
Mauricio Macri.
430 laburantes que se quedan en la calle al perder su fuente
de trabajo, que en lo que a la comunicación refiere, es el dato duro e
irrefutable.
El cambio de Macri y su gente; “la revolución de la alegría”
como le dicen, está llegando con despidos, y con la consecuente protesta
social.
¿Esperaban que la gente a la que dejan sin laburo se fuera
por la puerta de atrás; silbando bajito; y sin chistar porque, como dicen
algunos voceros del candidato opositor: “Mauricio viene a unir a los argentinos
y a saldar la grieta”?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario