Los números casi finales del escrutinio provisorio - 99,17%
de las mesas escrutadas-, arrojan una escasa diferencia de 704.860 votos a
favor del electo presidente, Mauricio Macri, quién se impuso ayer en el
ballotage.
51,40% (12.903.301 votos), logró el candidato de la Alianza
Cambiemos, mientras que Daniel Scioli, candidato del Frente para la Victoria,
alcanzó el 48,60% (12.198.441); ello sin contabilizar los votos blancos, nulos
y recurridos (704.860, sumados), y con una participación del 78% del padrón –
algo menor a la de la primera vuelta-.
Incluidos estos últimos que juntos suman el 2,48%, el porcentaje
de votos con el que ganó el candidato electo presidente pasa a ser de 50,13,
mientras que el de Daniel Scioli se transforma en un 47,39%, con lo que la
diferencia porcentual se reduce de 2,80% a 2,74%.
Sin dudas, una diferencia a destacar, porque prácticamente
está en el margen de error, y arroja un virtual empate técnico en una elección
que estuvo lejísimos de los análisis que hacía la, hasta el 10 de diciembre,
oposición, respecto del supuesto holgado triunfo en la segunda vuelta.
Para destacar también, son los números jurisdiccionales que
muestran que el Frente para la Victoria ganó en 15 de las 24 – Buenos Aires,
Catamarca, Corrientes, Chaco, Chubut, Formosa, Misiones, Neuquén, Río Negro,
Salta, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero, Tucumán y Tierra del Fuego-,
mientras que la Alianza Cambiemos se impuso sólo en 9 – CABA, Córdoba, Entre
Ríos, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, San Luis y Santa Fe-.
Con estos datos entonces, queda en claro que la vocación de
cambio en la sociedad quedó prácticamente pardada con la expresión de quienes cuanto
menos, no son proclives a grandes modificaciones; algo que bien puede arrojarse
como una lectura inicial de lo ocurrido ayer y que esperemos, sepa leer el
presidente electo, quién en sus primeras palabras tras la elección, esbozó más
un discurso de campaña que otra cosa.